En un encuentro de categoría y con jugadores de elite, asomaba obvia la idea de que el que equipo que primero abriera el marcador, se quedaría con el partido. Y eso fue lo que pasó. Inglaterra llevó a cabo una jugada ágil, que fue iniciada por un control del crack, Harry Kane, que luego cedió al ingresado Grealish que la llevó hasta Luke Shaw, jugador del Manchester United que fue el encargado de cederla al delantero del City, Raheem Sterling para que convierta la primera conquista.
Luego de la primera anotación, los alemanes no dejaron de atacar, su característica principal. De hecho, Alemania reaccionó con una jugada que Muller la desaprovechó. Y como dicen los que saben de este deporte, cuando se agotan las posibilidades a favor, se vuelven en contra. Los ingleses robaron la pelota en el mediocampo, y debido a la conexión de Grealish y Kane, sellaron el segundo tanto, de la mano de Harry.
Es necesario mencionar que hasta antes del primer gol de Inglaterra, el duelo no tenia un claro dominador. Si bien Alemania controló la posesión del balón, no incomodó a Inglaterra. Eso sí, ambos seleccionados erraron las chances más claras de gol. Primeramente, el delantero del Chelsea, Timo Werner, falló un claro mano a mano ante el portero inglés. Por su parte, hizo lo propio, pero con el marcador a favor, Harry Kane.
El traspié de Thomas Muller, fue una de las posibilidades de empatar el cotejo más clara y al ser errada, fue determinante para el resto del partido. Y sucede que en un certamen de nivel como lo es la Euro, fallar oportunidades de gol, se termina pagando caro. Alemania no concretó sus ocasiones, mientras que Inglaterra no perdonó en dos de tres situaciones.
De este modo, los británicos, se posicionaron entre los ocho mejores de Europa y esperan por Suiza o Croacia.
